sábado, 8 de noviembre de 2014

La soledad



El nombre de Montparnasse proviene de "mont Parnasse", monte Parnaso en francés (en la mitología griega, hogar de las nueve diosas griegas, las musas, de las artes y las ciencias), nombre dado al escarpado barrio en el siglo XVII por los estudiantes que acudían al mismo a recitar poesía.




   Aquella mañana era como otra cualquiera, salí de casa con energía, yo diría que hasta excesiva. No sé por qué, pero tras una racha en la que estuve bastante irascible, ahora me siento bien. Dicen que después de la tempestad, viene la calma. Pero no sé qué pensar…Es cierto que las vacaciones me vinieron muy bien. Esos quince días pude hacer lo que quise, por fin pude asistir aquel concierto con el que había soñado desde niño. Además, Mari estuvo más relajada que de costumbre y pudimos dedicarnos al “dolce far niente”. Ella es más estresada que yo. A veces, pienso que si no fuera por ella todavía estaría pasando el rato como cuando tenía diecisiete años. En aquella época solo tenía dos obsesiones, el fútbol y María del Mar… ¡Ay, Mar todavía recuerdo tu pelo con aromas de Heno de Pravia! Lo cierto es que llegué al trabajo con ánimos, deseaba contarles a todos mis noches de vino y rosas… Allí solo había un gran grupo que discutían acerca de si el jefe sería cesado o no. Nadie me miró, a nadie pude mostrar mi cara bronceada, con nadie pude discutir acerca de si el trayecto a Montparnasse era el ideal…Y me hundí, esperando a que algún flotador me salvara.


2 comentarios:

  1. Dicen que algo no se saborea del todo hasta que se cuenta (o a lo mejor lo dije yo). El relato viene a confirmarlo.
    No te animo a que sigas porque ya estás en la carretera a toda pastilla y por el carril de la derecha.
    Sigue regalándonos estas cositas que tanto gustan.

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    1. Cierto, añadiría también la necesidad de contar que tenemos los "voyeurs" por naturaleza. No hay nada como ponerse en el rol de espectador de lo que nos rodea.

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