Ni ideas, ni palabras que
las enmarquen.
Los sueños se desvanecen...
Igual que las nubes
se perdieron en el
horizonte.
Ya no existe el otoño
ni su melancolía,
y ni siquiera el cristal se
humedece.
Ya no tengo ventana
que se empañe cuando me
acerque.
Ni una solitaria gota
que resbale lentamente...