Tengo
los ojos vendados
y no soy justiciera.
Miro mi
entorno
y mi
sonrisa se quiebra.
Y recaigo,
y me
levanto…
Y otro
día el mismo ritual.
Y me
rompo y me recompongo.
Armo de
nuevo el puzzle,
y me
echo las cartas
y juego
a que gano.
Tiro el
vestido gris sobre la cama,
cojo
las sandalias,
piso
los girasoles
y vuelo…
Participar está bien, pero no tanto como ganar, que siempre es la mejor opción. Quiero más poemas.
ResponderEliminarEl tablero de la vida es un juego en el que todos aspiramos a ganar. Aunque el ajedrez sea un juego de estrategias, no todos nacemos con esa habilidad.
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