jueves, 27 de octubre de 2016

Mi corazón se ha vuelto pesado...



Mi corazón se ha vuelto pesado.
Y la oscuridad me envuelve
una
y otra vez.
Veo una rendija luminosa.
Me aferro a ella
y la agarro,
la araño
y la estrujo.
Me niego,
y reniego
de mí misma.
Me declaro atea,
de todo
y de todos.